La flauta mágica (1791) de W. A. Mozart es quizás el singspiel más conocido de todos los tiempos. Sin embargo, la Compañía Musical La Federica le da una vuelta de tuerca a esta archiconocida producción protagonizada por pequeños artístas: una Pamina que no necesita ser salvada, un Papageno al que se le va la fuerza por la boca, un príncipe Tamino que descubrirá sus ocultos talentos musicales, algunos malos que parecen muy malos, pero al final son buenos y una madre que, desde luego, cuando baje el telón no recibirá el premio de "mejor madre del año". Ópera hecha por niños y para niños, pero de la que hasta el propio genio vienés estaría orgulloso.
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